Rabat rechaza renovar la acreditación a dos reporteros de la cadena qatarí
LUIS DE VEGA / CORRESPONSAL EN RABAT
Día 15/10/2010
La televisión árabe Al Yasira ha recurrido ante la Justicia marroquí la negativa a acreditar desde hace dos años a dos de sus reporteros. Los abogados de la cadena presentaron el 17 de septiembre una querella contra el primer ministro, Abbas el Fassi, y el Ministerio de la Comunicación, confirmaron ABC fuentes de la cadena. «Sí, Al Yasira nos ha atacado ante el tribunal administrativo», reconoce a este corresponsal el ministro de la Comunicación y portavoz del Ejecutivo, Khalid Naciri: «Creen que pueden forzarnos a aceptar a determinados corresponsales, pero entre nuestras prerrogativas está la de no estar obligados a explicar» por qué no se les concede la acreditación «al igual que en el caso de los diplomáticos».
Anas Ben Salah y Mohamed Bakari, ambos de nacionalidad marroquí, trabajarán desde ahora «exiliados», el primero en el Líbano y el segundo en Sudán. Es la única solución que les quedaba, insisten fuentes del medio qatarí, que en los últimos años ha mantenido varios conflictos con las autoridades marroquíes. El telediario que se emitía desde Rabat lleva suspendido desde mayo de 2008.
El Ministerio de la Comunicación se ha mostrado dispuesto a negociar con Al Yasira nuevas condiciones de su presencia en Marruecos, según Ben Salah, pero en ningún caso quieren dar marcha atrás en su negativa a acreditar a estos dos periodistas a los que señala como activistas políticos. Para la cadena qatarí «eso es una línea roja innegociable», dice Anas Ben Salah entrevistado por ABC.
Aplaudir al Rey
«Es lamentable pero estoy pagando la factura de abogar por un periodismo independiente, y eso aparentemente no se acepta en este país. O estás con el poder o no puedes estar», dice Ben Salah horas antes de partir para Beirut. Atrás queda un país donde «el papel de los partidos, los sindicatos y la sociedad civil —salvo excepciones— consiste en dar avales a la institución real. Nadie contesta sus decisiones, que afectan a todo el pueblo. La palabra “no” se está extinguiendo del vocabulario político marroquí. Todos aplauden las decisiones del Rey y nadie las discute».
El de Al Yasira es el último de varios incidentes entre las autoridades y medios de comunicación. Hace una semana el semanario en árabe más influyente y leído, «Nichane», anunciaba su cierre tras el boicot publicitario encabezado por las empresas del entorno de Mohamed VI. A principios de 2010 la guillotina mediática caía sobre «Le Journal». Las dos eran cabeceras conocidas por contestar la doctrina oficial y por su independencia.
Ben Salah y Bakari no son los primeros periodistas que se marchan del país desde que reina Mohamed VI (1999). Los influyentes Ali Lmrabet o Boubker Jamai, entre otros, se instalaron en España acosados por las autoridades. Eran los timoneles de una libertad de prensa que se intuyó en los primeros años de Mohamed VI.
Pero «ya no hay aquellos aires de libertad. Ha sido toda una estrategia para sentar las bases del nuevo reino y regresar a las mismas prácticas del régimen anterior. Se obligó a los periodistas a ejercer de opositores, porque en la vida real en Marruecos no existe oposición ni convicciones democráticas», entiende Ben Salah. «Hay juicios, exilios, cierre de periódicos y revistas, multas... Marruecos parece que se ve seducido por el modelo tunecino. El discurso de transparencia y democracia es falso», sentencia el periodista de Al Yasira.
Fuente: http://www.abc.es/20101015/internacional/yasira-querella-contra-gobierno-20101015.html