REVISTA EL OBSERVADOR
La agresión se produjo anteayer miércoles mientras cubría una manifestación de estudiantes marroquíes licenciados en Rabat que demandaban empleo
ÚLTIMA HORA 23/05/08. Comunicación. El fotógrafo gaditano pero que ha desarrollado casi toda su carrera profesional en Málaga Rafael Marchante, corresponsal de la Agencia Reuters en el Magreb desde 2006, sufrió una agresión anteayer miércoles a manos de siete agentes de las fuerzas auxiliares del Ejército de Marruecos mientras cubría una manifestación de estudiantes en Rabat, según ha confirmado hace una hora escasa el propio periodista a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com. Marchante resultó herido tras el ataque aunque su estado no reviste gravedad.. "Tuve suerte, pude escapar, pero tengo el cuerpo lleno de moratones", afirmó.
EL fotógrafo explicó a EL OBSERVADOR en conversación telefónica que el ataque se produjo el pasado miércoles mientras cubría una manifestación de jóvenes licenciados marroquíes que demandaban empleo en una de las céntricas calles de Rabat. "Tuve suerte, pude escapar, pero tengo el cuerpo lleno de moratones", afirma Marchante, que fue agredido por un grupo de siete miembros de las fuerzas auxiliares del ejército de Marruecos que le propinaron puñetazos, patadas y garrotazos. Durante la agresión le fue requisa una de las dos cámaras con la que trabaja y la otra ha sufrido serios desperfectos
LOS servicios jurídicos de la agencia de noticias Reuters preparan en estos momentos una protesta formal en la que incluirán un informe de daños que remitirán al ministro de Comunicación y Portavoz del Gobierno de Marruecos, Jalid Naciri. Por su parte, la organización internacional Reporteros Sin Fronteras también ha adelantado a esta revista que emitirá en breve un comunicado de protesta ante este nuevo ataque a la libertad de información.
DEL mismo modo, el Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA) ha decidido organizar una recogida de firmas de apoyo para entregar al gobierno marroquí y al español, en señal de apoyo a Rafael Marchante, un profesional conocido y respetado entre sus compañeros de profesión y que ha sido durante años afiliado al sindicato.
POR su parte, el ministro de Comunicación y Portavoz del Gobierno de Marruecos, Jalid Naciri, ha negado en declaraciones a www.periodistas-es.org (quien ha difundido en primer lugar la información) que en el incidente con el fotógrafo español hubiera intención de reprimir el trabajo de los periodistas y ha anunciado una investigación sobre las circunstancias en que se produjo la agresión. Según Naciri "la libertad de movimiento y de trabajo para los periodistas en Marruecos está asegurada, sin ninguna discriminación entre los periodistas, ya sean marroquíes o extranjeros".
MARCHANTE, de 36 años de edad, nacido en Cádiz pero afincado profesionalmente en Málaga, ha sido colaborador habitual de El País y de Agencia Efe en la capital de la Costa del Sol, donde ha desarrollado casi toda su carrera profesional. En su haber tiene los premios Los Reporteros (1994) y el Premio Andalucía de Periodismo (2000) por un reportaje sobre los refugiados albanokosovares. Su exposición Mujeres entre dos fuegos, realizado en 2001 en Cisjordania y Gaza y editada por la Diputación de Cádiz, refleja la vida cotidiana de las mujeres palestinas. Además participa en la exposición colectiva Prohibido volar, elaborada por la ONG Save the Children en 2005, según informan desde la revista digital http://www.ilya.it/msur/.
ORGANIZACIONES como Amnistía Internacional han criticado la actitud del gobierno marroquí por el acoso al que someten a los periodistas que no siguen la línea oficial sobre el conflicto del Sáhara Occidental. El director de AI en España, Benito Beltrán, afirmó recientemente en una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid qua a día de hoy el norte de África es "una de las zonas del mundo donde el derecho a la libertad de expresión está más en riesgo" ante el número de encarcelaciones de periodistas y cierre de medios de comunicación por tratar temas "tabú" o la aprobación de leyes antiterroristas que restringen este derecho.