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domingo, 4 de julio de 2010

Marruecos: AI pide el fin del hostigamiento a periodistas

Amnistía Internacional ha pedido al gobierno marroquí que deje de hostigar a los periodistas que critican a las autoridades o comentan cuestiones consideradas "tabú", como la situación del Sáhara Occidental y la autodeterminación de sus habitantes o la monarquía, y que respete el derecho a la libertad de expresión.

La organización ha formulado esta petición poco después de que un periodista haya sido condenado a seis meses de prisión y cuando otro va a ser sometido a juicio por cargos que parecen tener una motivación política.

Taoufik Bouachrine, periodista y editor del periódico Akhbar al-Youm Al-Maghribya, fue condenado el 10 de junio a seis meses de cárcel y al pago de una multa tras ser declarado culpable de fraude por el Tribunal de Primera Instancia de Rabat. Había sido absuelto anteriormente, en 2009, pero el fiscal volvió a abrir la causa, posiblemente por razones políticas relacionadas con las críticas al gobierno vertidas en sus escritos. Ha presentado una apelación y se encuentra actualmente en libertad. Anteriormente, el 30 de octubre de 2009, le habían impuesto una condena condicional de cuatro años de prisión tras ser declarado culpable por un tribunal de mostrar falta de respeto a la bandera nacional y ofender a un miembro de la familia real.


Ali Amar, otro periodista crítico con la monarquía, va a ser sometido a juicio por cargos de fraude y robo presentados contra él en virtud del artículo 505 del Código Penal. Su detención e interrogatorio por la policía presentaron irregularidades. Fue detenido el 4 de junio de 2010 junto con Zineb El-Rhazoui, al irrumpir la policía en la casa de ésta, en Casablanca, y registrarla sin mostrar ninguna orden judicial, como dispone la legislación marroquí. Ambos fueron llevados a una comisaría de policía e interrogados durante 12 horas acerca, entre otras cosas, de sus escritos. Quedaron en libertad, pero, tres días más tarde, Ali Amar fue detenido en Rabat, llevado de vuelta a Casablanca y recluido durante otras 24 horas, tras lo cual se presentaron cargos contra él en relación con el presunto robo de un ordenador personal. En esta ocasión, la policía y las fuerzas de seguridad lo interrogaron durante su detención acerca de un viaje que había hecho a España y Francia, sus vínculos con organizaciones de derechos humanos y sus escritos como periodista. Compareció ante el Tribunal de Primera Instancia de Rabat el 15 de junio. Días antes, el 10 de junio, el ministro de Justicia, Mahamed Naciri, había comentado en público: “[El juicio de] Ali Amar no tiene nada que ver con la libertad de expresión y la libertad de prensa. Se le procesa por un delito de 'robo' [...] Ali Amar está intentando dar una connotación política a su juicio”.


Zineb El-Rhazoui, periodista y miembro fundador del Movimiento Alternativo por las Libertades Individuales (Movement Alternatif pour les Libertés Individuelles, MALI), también fue sometida por las autoridades a hostigamiento por sus actividades pacíficas.
Según informes, otro periodista, Omar Radi, que escribe en el semanario Le Temps, fue golpeado e insultado por la policía el 20 de junio de 2010, cuando informaba sobre una manifestación pacífica que se estaba celebrando en Rabat. Los informes indican que la policía agredió físicamente al menos a otras nueve personas que participaban en la protesta.


La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (Association Marocaine pour les Droits Humains, AMDH), que lidera el apoyo a Taoufik Bouachrine y los demás periodistas anteriormente mencionados, ha recibido recientemente presiones del gobierno y de algunos medios de comunicación por ello. Tras la celebración de su 9º Congreso en mayo de 2010, ha sido criticada públicamente por sectores de los medios de comunicación y por destacados políticos, como el primer ministro, Abbas El-Fassi, que la acusan de mostrar apoyo al Frente Polisario –lo cual la AMDH niega rotundamente y califica de calumnia dirigida a desacreditarla públicamente–. En realidad, la AMDH ha sido una de las principales organizaciones comprometidas con los derechos humanos de Marruecos durante muchos años, en el curso de los cuales ha denunciado reiteradamente abusos contra los derechos humanos cometidos por las autoridades marroquíes en el Sáhara Occidental y ha explicado claramente su compromiso con el laicismo en Marruecos.


Los defensores de los derechos humanos, periodistas, abogados y otras personas continúan siendo objeto de intimidaciones e incluso procesamiento cuando cruzan cierta "línea roja". Amnistía Internacional pide que se revoquen o reformen las disposiciones del Código Penal y el Código de Prensa que tipifican como delito el ejercicio pacífico de la libertad de expresión.


Amnistía Internacional acoge con satisfacción la puesta en libertad de Idriss Chahtane el 11 de junio de 2010 en virtud de un indulto del rey Mohamed VI. Era preso de conciencia, recluido únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión. El 15 de octubre de 2009 fue declarado culpable, en aplicación del artículo 42 del Código de Prensa marroquí, de difundir información falsa con "mala intención” por un artículo sobre la salud del monarca publicado en un número del Almichaal de septiembre de 2009. El tribunal lo condenó a un año de prisión y al pago de una multa.


Ali Amar y Zineb El-Rhazoui trabajaban en el semanario marroquí Le Journal Hebdomadaire antes de que se cerrara, en enero de 2010, tras varias multas que le habían impuesto los tribunales en juicios iniciados por razones políticas. Ali Amar escribió un libro titulado Mohammed VI, Le grand malentendu (“Mohamed VI, el gran malentendido”), que se publicó en Francia en 2009, pero que se prohibió en Marruecos por sus críticas al gobierno del rey. Zineb El-Rhazoui fue detenida en septiembre de 2009 tras una sentada convocada por MALI en protesta por una ley que prohibía comer en público durante el Ramadán, y tiene prohibido viajar al extranjero.


Las autoridades cerraron el periódico de Taoufik Bouachrine, Akhbar Al-Youm, cuando, el 30 de octubre de 2009, se dictó sentencia condenatoria contra él, así como contra Khaled Gueddar, caricaturista, por mostrar falta de respeto a la bandera nacional y ofender a un miembro de la familia real. Les impusieron sendas condenas condicionales de cuatro años de prisión.


Otro caso es el del periodista y defensor de los derechos humanos Chekib El-Khiari, que cumple una condena de tres años en la prisión de Ukacha, en Casablanca. Amnistía Internacional lo considera preso de conciencia, encarcelado únicamente por su trabajo legítimo y pacífico en favor de los derechos humanos, concretamente por criticar abiertamente a autoridades y funcionarios marroquíes. Fue declarado culpable de menoscabar o insultar a instituciones públicas y abrir una cuenta en el extranjero y transferir dinero sin la debida autorización.
Fuente: elmercuriodigital.es