Según denuncia el Frente Polisario, agentes uniformados y de paisano de la policía marroquí «impiden» el acceso a los aledaños del domicilio de la activista.
Antonio Montilla | Colpisa
Fecha de publicación: 28/12/2009
Visitar a Aminetu Haidar en su casa de El Aaiún, a la que regresó el 17 de diciembre tras permanecer 32 días en huelga de hambre en Lanzarote, se ha convertido en una empresa aventurada. El Frente Polisario denunció este lunes que la policía marroquí envió a prisión el pasado sábado a dos jóvenes que protestaban por el «cerco policial» que existe en las calles adyacentes al edificio donde Haidar vive con su madre y sus dos hijos.
Además, una tercera joven fue «retenida y torturada» durante cuatro horas en una comisaría de El Aaiún, según informó Omar Bulzan, portavoz del Frente Polisario en Canarias.
Bulzan explicó que agentes uniformados y de paisano de la policía marroquí «impiden» el acceso a los aledaños del domicilio de Haidar a los activistas saharaui o a las personas que no puedan acreditar que viven en esa zona, muy cercana al mercado de la antigua ciudad española.
Una situación que propició protestas en la vía pública durante todo el fin de semana, según indicó el citado portavoz. «La represión policial ha sido brutal», apostilló Bulzan que contó como Emoutawakil Daich, de 16 años y Belawi Yasen, de 20, fueron detenidos y enviados el sábado a la conocida como 'Cárcel Negra' de El Aaiún, donde permanecen internados buena parte de los 60 presos políticos saharauis, según los datos del Polisario. Bulzan indicó que los dos jóvenes fueron «sacados a la fuerza» de sus propias casas, que se encuentran en el mismo barrio de Haidar.
Otra joven, Fatma Sbai, de 20 años, fue «retenida y torturada» el viernes en la comisaría provincial de El Aaiún, tras intentar acceder a la casa de Haidar. «Ella no ha ingresado en prisión, pero los signos de la tortura son visibles en la cara y en los brazos», abundó Bulzan.
El Frente Polisario puso hoy estos sucesos en conocimiento de todas las organizaciones no gubernamentales que operan en Tinduf, territorio argelino donde viven miles de refugiados saharauis.
En cuanto a Aminatu Haidar, Bulzan contó que sigue débil y que sólo pasea en el interior de su casa, aunque no existe ninguna orden para que no pueda abandonar su domicilio. «Aminatu - espetó Bulzan- comió una sopa hace dos días y le sentó muy mal, desde entonces no he podido comunicarme con ella por teléfono».
El Gobierno marroquí, por su parte, rechaza que se vulneren derechos fundamentales en su territorio. Antes de los últimos incidentes de El Aaiún, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Taïb Fassi Fihri, declaró en Rabat que los adversarios de la integridad territorial del Reino recurren a la instrumentalización de la cuestión de los derechos humanos, como «gestión estratégica para ocultar las realizaciones y los logros de Marruecos a nivel internacional tras la presentación del proyecto de autonomía bajo soberanía marroquí», según recoge hoy la agencia de noticias Maghreb Arabe Presse de Marruecos